Manuel Angel Carrillo Troya

En la transmisión de TZK, la experiencia del Instructor juega un papel fundamental. Más allá de la teoría y la técnica, el conocimiento adquirido a lo largo de los años permite comprender matices esenciales que no pueden ser aprendidos únicamente a través de libros o videos.

TZK no es solo un conjunto de movimientos; es una disciplina que involucra el cuerpo, la mente y la energía interna. Un instructor con años de práctica:

• Ha enfrentado los mismos desafíos que sus alumnos y sabe cómo guiarlos.
• Ha perfeccionado su técnica y comprensión interna del arte.
• Ha desarrollado la sensibilidad para corregir detalles sutiles en la ejecución de los movimientos.

Un Instructor con experiencia no solo transmite movimientos, sino que también enseña desde la vivencia personal. Puede explicar:

• Cómo la práctica constante transforma el cuerpo y la mente.
• Qué errores comunes evitar y cómo corregirlos.
• Cuándo y cómo adaptar TZK a diferentes edades y condiciones físicas.

La enseñanza efectiva de TZK requiere paciencia y adaptabilidad, cualidades que se desarrollan con la experiencia. Un buen instructor sabe que cada alumno aprende a su propio ritmo y adapta su enseñanza según las necesidades individuales.

La experiencia en la enseñanza de TZK no solo mejora la calidad del aprendizaje, sino que también refuerza la conexión entre Instructor y alumno. Aprender de alguien con un recorrido sólido en la disciplina es un privilegio que ayuda a comprender la verdadera esencia del arte.