A cerca de mis artículos

Los artículos aquí descritos, están basados en mi experiencia personal y abarcan un período de 50 años de dedicación a las Artes Marciales; especialmente Karate y Taijiquan.

Otras Artes como el Iaido, Taijitsu, Aikido, y un largo etcétera en el que aparece el uso de diferentes armas orientales, han ido enriqueciendo lo que he dado en llamar TZK y que deseo compartir con todos en esta Web.

En estos artículos, os hablo de temas que considero relevantes, tales como:
* La importancia del RESPETO en la práctica de TZK, sin que ello implique falta de alegría y disfrute del entrenamiento.
* Cuánto de importante (o no) es el hecho de vestir un kimono tradicional en la práctica de TZK.
* Disponer o no, de un DOJO para poder entrenar.
* Aclaración de aquello que llamo «SECUENCIAS ENLAZADAS» y que hace alusión a lo que en otras Artes se llaman Katas o Series.

Espero que estos contenidos consigan aportar algo valioso a vuestras vidas.
Quiero dejar claro, que todos ellos no son más que una opinión personal, pero eso sí, basada en una dilatada experiencia.
Soy consciente, de que mis opiniones entrarán en desacuerdo con algunos lectores. A todos ellos, les recuerdo que dichos artículos están escritos desde EL RESPETO a los demás aunque piensen de una forma distinta.

Gracias por dedicar una parte de lo más valioso de vuestras vidas: VUESTRO TIEMPO.

EL UNIFORME

¿Es importante el Uniforme para entrenar TZK?

Antes de empezar, es importante hacer una distinción entre “vestir” y “llevar un uniforme”.

En cuanto a vestirse: A excepción de un “relativamente pequeño” grupo de personas que han decidido no llevar ropa (nudistas), el resto de los humanos nos vestimos de formas muy diferentes según un sin fin de múltiples circunstancias; (no debemos olvidarnos de aquellos que no tienen la opción de decidir qué ponerse cada día, tal vez por que ni siquiera tienen un armario que abrir para escoger…).

En cuanto al uniforme: Este concepto, hace alusión a “una forma especial de vestirse”, que los humanos utilizamos para distinguirnos de los demás y ser identificados como pertenecientes a un determinado grupo. Tal vez con unos ejemplos sencillos podamos entenderlo mejor.

Todos sabemos que las “fuerzas del orden público” se identifican ante los ciudadanos con su uniforme, pero también sabemos que existen grupos especiales que no llevan este uniforme, precisamente por que necesitan pasar desapercibidos para poder cumplir su misión. Un médico en un hospital, suele llevar una bata de algún color determinado que lo identifique y lo distinga de los que le rodean, pero que de ninguna manera le da el poder para curar a sus enfermos; ya que si camina por la calle sin su uniforme, sin duda atenderá a aquella persona que se encuentra tendida en el suelo sufriendo un infarto.

Podríamos poner muchos ejemplos de este tipo, en los que la conclusión siempre sería que “EL HÁBITO NO HACE AL MONJE”. Muchos robos, violaciones y crímenes se han cometido con un uniforme de policía. NO TODO ES SIEMPRE LO QUE PARECE y muchos lo saben y lo tienen en cuenta para hacer un mal uso del “uniforme”.

En TZK, la conclusión en cuanto al uniforme, es que éste, no debe ser un “uniforme especial y definido”, sin el cual no se puedan realizar las prácticas. El practicante de “TZK” se hará notar ante los demás, por su forma especial de actuar en cada situación de la vida cotidiana, más que por su uniforme.

Nuestra forma de vestir debería ser siempre cómoda, permitiéndonos libertad de movimientos y no atentando contra nuestra propia naturaleza. Entre ir desnudos e ir con un traje apretado que no nos permite movernos con libertad, seguro que encontramos la forma ideal de cubrir nuestro cuerpo.

El calzado (como parte de nuestra vestimenta), ha de cumplir las mismas indicaciones descritas anteriormente para la ropa que cubre nuestro cuerpo. En ocasiones y dependiendo de las condiciones del suelo, la práctica de TZK se realizará descalzo; no obstante y en caso contrario, se utilizará un tipo de calzado que permita el suficiente agarre y equilibrio y que no provoque lesiones a los demás en el entrenamiento. Siempre que sea posible, se recomienda un tipo de calzado plano con suela antideslizante.

No siempre en la vida podemos decidir cómo vestirnos; a veces las empresas, visten a sus operarios con criterios muy distintos, anteponiendo la imagen corporativa al uso práctico y seguro del uniforme. Valga la anécdota de alguien que trabajando para una empresa famosa de “fotocopiadoras industriales”, estuvo a punto del desastre cuando su corbata quedó atrapada en el engranaje de la máquina. Por suerte, la persona en cuestión es un karateka avanzado que tuvo los reflejos necesarios para reaccionar en la forma adecuada y así ponerse a salvo.

El uniforme suele crear casi siempre una actitud y un comportamiento especial ante los demás y en quien lo viste; y esto será así, en la medida en que seamos “superficiales” o “incapaces de mirar en el interior de las personas”.

Hay una frase bíblica que dice:

“POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS”; y a la que yo añado:

“Y NO POR SU UNIFORME”.

 

El Lugar de entrenamiento

Sobre el lugar de entrenamiento.

TZK, pretende ser un sistema de entrenamiento libre, natural e intuitivo, que no necesite de un lugar especial para su práctica. No obstante, es cierto que las condiciones del lugar limitan el tipo de ejercicios que se pueden realizar con seguridad para el practicante.

Una superficie plana, nivelada y no resbaladiza sería ideal para su práctica; si además es de “madera”, ya sería un lujo. Lo importante siempre es “adaptarse”: “HAZ LO QUE PUEDAS DONDE ESTÉS Y CON LO QUE TENGAS”.

El entrenamiento de TZK al aire libre es “muy recomendable”; siempre que la Naturaleza nos lo permita. Si bien es cierto que en Karate, el DOJO en un lugar especial para el entrenamiento, donde se saluda al entrar y al salir con una humilde inclinación, también lo es que en sus principios en la isla de Okinawa, se entrenaba en lugares secretos en medio de la selva, e incluso en una barca en el mar.

* Aquel que camina en el desierto, de seguro ansía llegar al “oasis” para sentirse a salvo. * Practicar la Meditación en una ermita en la montaña, propiciaría el encuentro con nuestro “yo universal”. * Disponer de un “lugar especial” para el entrenamiento de TZK, donde el ambiente nos ayude a concentrarnos, es lo ideal para obtener buenos resultados.

No obstante, el destino del caminante no es el de quedarse para siempre en el oasis (o tal vez sí); más bien continuará su camino con fuerzas renovadas y con agua fresca y una bolsa de dátiles, que podrá disfrutar y compartir.

Ni quien medita en la ermita lo hará para siempre preso de la belleza y la armonía (o tal vez sí); sino que bajará a la ciudad y se confundirá entre la gente del pueblo para irradiar un mensaje de paz y felicidad.

De igual modo, el practicante de TZK no se limitará a practicar su arte en un lugar ideal y privilegiado, sino que llevará sus conocimientos allá donde vaya y procurará transmitirlos y compartirlos.

La práctica de TZK no debe estar inspirada en un sentimiento egoísta; si te sientes bien contigo mismo, eso es lo que vas a compartir con cuantos te rodean.

En TZK decimos: “HAZ DEL UNIVERSO TU DOJO”.

EL RESPETO

Sobre el Respeto

Antes de hablar de este concepto, entré en Internet escribiendo la palabra “respeto” en el buscador y utilizando el “copiar y pegar”, recuperé lo siguiente:

————— desde aquí —————-

Concepto de respeto: La palabra respeto proviene del latín respectus y significa “atención” o “consideración”. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, el respeto está relacionado con la veneración o el acatamiento que se hace a alguien. El respeto incluye miramiento, consideración y deferencia. Por otra parte, mirar a algo o alguien con respeto también puede hacer referencia al temor o al recelo. Por ejemplo: “Al mar hay que tenerle respeto, ya que puede ser peligroso”.

El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.

El respeto no sólo se manifiesta hacia la actuación de las personas o hacia las leyes. También se expresa hacia la autoridad, como sucede con los alumnos y sus maestros o los hijos y sus padres.

El respeto permite que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia en base a normas e instituciones. Implica reconocer en sí y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele sintetizarse en la frase “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

————— hasta aquí —————-

En las “artes marciales” (prácticamente en todas), el respeto al Maestro suele mostrarse con un saludo. En la mayoría de los casos, el mismo “lenguaje corporal” nos dice que dicho saludo implica además de respeto, “sumisión”.

Aunque existen diferencias entre las artes marciales chinas y las japonesas, el Karatedo (arte marcial japonés), lo expresa con una “inclinación de todo el cuerpo”. El grado de inclinación aumenta con la categoría del Maestro, llegando a realizarse incluso en la posición de “Seiza” (sentado en el suelo sobre las piernas).

Además del tipo de saludo y del grado de humildad que pueda representar a simple vista, la “actitud repetitiva” de este gesto a lo largo de una sesión de entrenamiento, lleva (desde el punto de vista de TZK) a desvalorizar su esencia y significado. Para que esto no ocurra, deberíamos dedicarle el tiempo suficiente a la realización del saludo, siempre con la mente concentrada en el gesto y en lo que el acto en sí mismo implica.

La conclusión, es que el acto del saludo ha de reservarse para momentos muy especiales de la clase y eso sí, hacerlo con la forma y actitud correctas.

Cuando el Maestro (en el caso de TZK “el Instructor”) realiza una corrección al alumno, basta y sobra con un “gracias”, para que quede patente el reconocimiento por parte del alumno de la buena intención del Instructor así como a su experiencia en la materia que imparte. Si además, ese “gracias” (en vez de un potente bocablo japonés, que suene al ¡SEÑOR! ¡SÍ! ¡SEÑOR! de las películas americanas) lo expresa con una sonrisa y mirando a los ojos de quien solo ha pretendido ayudarle, (en vez de inclinarse ante él), de seguro será mejor acogido por el Instructor y estará creando un “hábito social” que le ayudará a compartir energía positiva con los demás.

En TZK, el respeto debe estar basado principalmente en “LA CONFIANZA”.

SECUENCIAS

Secuencias enlazadas – Katas de Karate – Series de Taichi

Las Series Enlazadas o Tablas de Ejercicios de TZK, solo son un medio de introducción en este arte del movimiento y son practicadas tanto en solitario como en grupos, con la intención de que el adepto conozca a fondo el significado y la aplicación práctica de todas sus técnicas. Dado que no serán exigidas para ningún tipo de examen, su aprendizaje no es obligatorio.

Con el tiempo, la práctica y la experiencia, el adepto será capaz de crear sus propias tablas de ejercicios. En TZK, no se trata de copiar sin más, sino de entender y extraer los conocimientos que poco a poco serán adaptados a las cualidades del practicante.

Equivalentes a los/as Katas de Karatedo, están las Series de Taijiquan. Siendo practicante más de las primeras (50 años) que de las series de Taijiquan, me atrevo a dar mi opinión personal sobre el tema.

Es muy abundante la documentación que sobre este tema podemos encontrar en Internet; que como siempre, puede ser más o menos fiable según la fuente. De cualquier forma, una corta definición del término “Kata” nos puede ayudar como introducción.

La palabra Kata se traduce por “forma”. Dependiendo de la calidad de ejecución del mismo, el espectador casi puede ver a los adversarios imaginarios que luchan contra quien lo realiza. El dinamismo, la velocidad explosiva, el sentimiento, la calidad técnica de sus movimientos, la concentración, así como el espíritu de la mirada, hacen que el espectador se sobrecoja aun sin entender nada de lo que está sucediendo.

Este preciado regalo que hemos recibido en herencia, es fruto del esfuerzo y la intuición de los antiguos Maestros, que todos los Instructores llevamos transmitiendo durante décadas en todo el mundo.

Ahora, tratemos el tema desde otra perspectiva…

Estos maestros eran seres humanos, con las motivaciones sociales de su época, así como personales, que tenían características únicas (como el resto de nuestra especie).

Cada Maestro tenía sus Katas; (supuestamente adaptados a sus propias cualidades físicas) que pretendían el desarrollo de diferentes objetivos; tal vez por esto, existan tantos Katas.

Según algunas fuentes, muchos secretos fueron camuflados entre las secuencias de movimientos que componían dichos Katas; pero si esto es cierto, muy bien camuflados deben estar, pues yo aún no los he descubierto…

Lo cierto es, que esta “herencia” ha pretendido ser “inmutable” en su transmisión, siendo pocos los Maestros que se han atrevido a realizar cambios sustanciales en las técnicas que componen el Kata. También fueron pocos (al principio) los que se atrevieron a explicar la utilidad práctica de cada secuencia, dejándola a veces a la libre interpretación del practicante, que a través de años de práctica, llegase a intuir su verdadero significado. Esto hace, que nos quedemos perplejos cuando observamos en una demostración o examen de grados, las grandes diferencias entre unos y otros, respecto a la “aplicación práctica” de las técnicas, a lo que en Karate se llama “bunkai”.

Tal vez la gran sabiduría de los Maestros antiguos, no pasó por alto el hecho de que con el tiempo, el grado de confusión sería tal, que cada cual se vería obligado a realizar su propia búsqueda, obteniendo así un sin fin de diferentes posibilidades, que terminasen por enriquecer el Arte. A este respecto, quiero recordar con cariño, al Gran Maestro “Kase”, que cada vez que impartía un curso de Katas, nos deleitaba con las múltiples aplicaciones de una misma técnica o secuencia; “un manantial inagotable de conocimientos”.

Es una lástima, que después de su muerte, muchos de sus seguidores sigan “imitando su forma”, en vez de oír sus sabios consejos sobre adaptar la técnica a la persona y no al contrario.

El Karate puede ser un “arma de doble filo”; si no lo optimizas y adaptas a tus cualidades, puede hacerte más daño que beneficio. Siempre dije a mis antiguos alumnos, que el Karate que nos enseñaron los Maestros japoneses era el “Karate de la guerra”, donde entrenabas hoy para sobrevivir mañana.

Los tiempos han cambiado y lo cierto es que los conocimientos sobre muchos temas (incluyendo los relacionados con las estructuras y la genética del ser humano) han dado un salto sustancial. Sería de irresponsables hacer caso omiso a las conclusiones y resultados estadísticos. Muchos son los Maestros de Karate que llegaron a una vejez colmada de dolores tanto como de satisfacciones; tal vez fuese el tributo a pagar por ser personas admiradas y respetadas por todos…

Lo cierto es que tanto en Karate como en todo hay que evolucionar si no queremos que la sabiduría heredada desaparezca. La transmisión de los Katas en la antigüedad, no contaban con las cámaras de alta definición que tenemos actualmente ni con las posibilidades de estudio de esta época.

El estudio de “los clásicos de la literatura” son sin duda fuente de inspiración para los estudiantes de esta sociedad actual, así como los primeros automóviles lo fueron para los que hoy en día podemos disfrutar.

Conclusión “personal”:

Los Katas antiguos no deben ser olvidados; pero tal vez deberían ser más “fuente de inspiración” que el pan nuestro de cada día…

el instructormasaje-tzk